El Órgano de Gobierno de la Comisión Reguladora de Energía (CRE) aprobó las nuevas tarifas de almacenamiento que Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA) cobrará a terceros interesados en usar alguna de sus 60 terminales para almacenamiento de combustibles de aviación instaladas en los distintos aeropuertos del país.
Anteriormente, ASA tenía la exclusividad como comercializador y suministrador de turbosina en México. Actualmente, se permite que empresas distintas a ASA participen en estas dos actividades y que, para ello, tengan opción de utilizar la capacidad de almacenamiento en cualquiera de las terminales dentro de los aeropuertos del país, e inclusive realizar convenios de inversión con ASA para construir nueva infraestructura.
Es importante mencionar que el acceso para el uso común de los tanques de almacenamiento de ASA, representa un paso importante para consolidar un mercado competitivo de turbosina, y con ello fortalecer la operación de la industria aérea.
Con el uso común de los tanques de almacenamiento se hizo necesario contar con tarifas que reflejaran el costo de este servicio. Así, previo a la aprobación de las nuevas tarifas de almacenamiento, la CRE mantuvo un diálogo permanente con ASA, las cámaras que forman parte de la industria aérea y comercializadores a fin de identificar las necesidades del sector aeronáutico y, con base en ello, diseñar tarifas que contribuirán en el fortalecimiento de esta industria.
Estas nuevas tarifas reflejan costos eficientes y se prevé tendrán un impacto positivo en los estados financieros de ASA permitiéndole revertir pérdidas económicas y percibir ingresos por un servicio que hasta ahora no cobraba.
Asimismo, la apertura para uso común del servicio de almacenamiento en los aeropuertos, permite que haya más suministradores del combustible para la aviación, incentivando a que cada uno ofrezca mejor calidad en el servicio en beneficio del usuario final.
Con las tarifas de almacenamiento aprobadas por la CRE, el costo de dicho servicio representará, en promedio, alrededor de uno por ciento del precio de la turbosina antes de impuestos y se estima que tendría un impacto en los costos de las aerolíneas de 0.34 por ciento, en promedio.
ASA empezará a cobrar dichas tarifas a partir del momento en que una aerolínea contrate con un comercializador distinto a este organismo el suministro del combustible, y el comercializador a su vez, contrate con ASA el servicio de almacenamiento.