En uno de sus últimos foros como Secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell presentó un balance sobre los avances, retos y asignaturas pendientes de la actual administración.
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Por: Daniela Loredo
Si hubo alguien que además de mantenerse en el cargo durante toda la gestión de Enrique Peña Nieto y quien además, conoció y trabajó de primera mano en la promoción de la Reforma Energética, fue Pedro Joaquín Coldwell. En su papel de titular de la Secretaría de Energía fue pieza clave para que México abriera la competencia internacional; para que Pemex y CFE se convirtieran en Empresas Productivas del Estado y para modernizar a fondo tanto el sector hidrocarburos como el eléctrico, por sólo mencionar algunos de sus logros.
A meses antes de su salida de la Sener, Coldwell expuso ante cientos de expertos, medios de comunicación, inversionistas y empresarios un balance que propició una profunda reflexión sobre la Reforma, desde las problemáticas que motivaron su nacimiento hasta el cómo ésta se convirtió en la más profunda y trascendente en ocho décadas.
En 2012, para nadie era un secreto que todo el peso del desarrollo energético recaía sobre la petrolera mexicana y Comisión Federal de Electricidad, situación que resultó insostenible para ambas paraestatales ante la carencia de capital y acceso a tecnología de punta a pesar de que un sexenio atrás, Felipe Calderón había promovido también cambios en el sector energético del país.
Desde su punto de vista, la Reforma Energética impulsada por EPN de distinguió por tener un enfoque bidimensional que abordó la energía de una manera íntegra. Para ello, planteó desarrollar mecanismos para fomentar la generación de energía limpia; se creó un Mercado Eléctrico Mayorista por un generador independiente totalmente abierto a la libre participación; se realizan transacciones de compra y venta de electricidad, entre muchas más.
“A la fecha hemos realizado tres subastas de largo plazo que han tenido excelentes resultados. Con una inversión de 8,600 millones de dólares se instalaran en el país en los próximos tres años: 65 nuevas centrales eléctricas, principalmente eólicas y solares en un poco más de la mita d de estados del país. Gracias a estas subastas para 2020 contaremos con cuatro veces más la capacidad eólica y solar que teníamos al principio del sexenio”, indicó.
En más de ese tema, el titular de la Sener refrendó la meta de que en 2030, el 49% de la capacidad de generación eléctrica provenga de energías verdes, para ello prevén que 7 de cada 10 pesos que se inviertan en nueva infraestructura de generación entre 2017 y 2030 se destinen a fuentes limpias.
Enfatizó también la vertiente social de la Reforma donde la Comisión Reguladora de Energía logró llevar electricidad al 98.5% de la población mexicana.
“A la par que avanzamos con la Reforma en Electricidad buscamos recuperar los niveles de producción de hidrocarburos que teníamos hace algunos años (…) de acuerdo con estimaciones de la Agencia Internacional de Energía (AIE) para que México recupere en 2040 su producción de crudo y gas de 3.4 millones de barriles que tuvimos en 2004, es preciso invertir cerca de 640, 000 millones de dólares en infraestructura y en actividades de exploración y extracción”, sostuvo.
El modelo anterior hubiera encontrado en el financiamiento y endeudamiento público, tal vez, una manera de alcanzar los niveles que en su momento, Cantarell contribuyó, sin embargo, la Reforma Energética apostó por abrir la industria de hidrocarburos a la Iniciativa Privada (IP) con el fin de sumar esfuerzos financieros, tecnológicos y humanos.
Lo anterior derivó en la Rondas de Licitación, ocho concluidas hasta la fecha, en las que empresas mexicanas e internacionales han emprendido trabajos en campos maduros, terrestres así como en aguas someras y profundas, hecho que fomenta el establecimiento de clústers. A esto se suman los farmouts, alianzas que le permiten a Pemex compartir riesgos.
En materia de combustibles, Coldwell recordó el establecimiento de más de 30 nuevas marcas en el país para el suministro de petrolíferos. “De las 11,000 Estaciones de Servicio distribuidas en la República, 2100 operan ya bajo una nueva marca, lo que representa el 19% del total; incluso ya hay cuatro empresas que han importado su combustible desde Estados Unidos a través de las Ciudades de Tijuana, Reynosa, Nogales y Nuevo Laredo”, comentó.
Sobre la política de almacenamiento que trajo consigo la Reforma Energética, el Secretario habló del objetivo de alcanzar gradualmente un promedio de 10 a 13 días en 2025, dependiendo de la región del territorio nacional; igualmente subrayó los procesos de consulta y comunidades indígenas en donde se desarrollan proyectos energéticos.
Asignaturas pendientes
Cuestionado al término de su ponencia, Pedro Joaquín Coldwell reconoció que el tema de los no convencionales y consolidar el mercado eléctrico, son los dos grandes pendientes que dejará la administración de Enrique Peña Nieto.