La competencia de Brasil, El Tratado de Libre Comercio de América del Norte y el efecto que podría traer sobre el sector un eventual triunfo de Andrés Manuel López Obrador, eran dos de las variables que los analistas creían pudieran afectar negativamente la cuarta licitación de la Ronda Dos, sin embargo, estas incertidumbres quedaron despejadas al adjudicarse 19 de las 29 áreas contractuales en aguas profundas del Golfo de México.

 

El secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell anunciaba que la cuarte licitación sería un éxito, si se adjudicaba entre el 25 y el 35% de los bloques ofrecidos (7 de 29) debido a las condiciones de la industria.

 

Sin embargo, hoy fueron adjudicadas 19 de las 29 área contractuales que el estado mexicano ofertó en la primera licitación de la Ronda Dos, la cual tuvo una efectividad del 65%. Las pláticas que la Comisión Nacional de Hidrocarburos ha tenido con los participantes en las licitaciones para conocer qué áreas se deben de ofrecer, la publicación de los planes quinquenales de licitaciones y de exploración y producción, así como dar a conocer los valores mínimos esperados por cada bloque antes de la licitación.

 

Recordemos que el 15 de junio del 2015 en la primera licitación en la nueva historia energética de nuestro país, únicamente se presentaron ofertas en 4 de los 14 bloques y de esas 4 solo 2 fueron adjudicados, lo que significó un 14.4% de éxito frente al 60% obtenido en la segunda licitación, recordemos que el estándar internacional se encuentra en el rango de 30 al 45%.

 

El gran ganador de la cuarta licitación de la Ronda Dos fue Shell con ocho bloques, cinco en consorcio y tres de forma individual, PC Caligari con seis bloques, tres en consorcio y tres de forma individual, seguido por Petróleos Mexicanos con cuatro bloques, dos en consorcio y dos de forma individuales.

 

Destaca la participación en solitario de la empresa productiva del estado, quien en las primeras licitaciones no participo debido a las condiciones económicas en las que operaba. Pero ahora aprovechando las herramientas que otorga la reforma energética, Pemex puede competir y participar en áreas donde antes le era imposible.