El banco de desarrollo de América Latina (CAF) aprobó una línea de crédito no revolvente a la CFE por 200 millones de dólares.

 

Con el propósito de fortalecer los niveles de liquidez a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y coadyuvar a la reactivación económica de México derivado de los impactos ocasionados por la pandemia del virus SARS-CoV2 (COVID-19), el Directorio de CAF, banco de desarrollo de América Latina, aprobó una Línea de Crédito revolvente no comprometida a la CFE por 200 millones de dólares.

 

“Este crédito forma parte del conjunto de herramientas de apoyo frente a la pandemia que CAF ha puesto al servicio de México, en este caso particular a través del apoyo a la CFE que se desempeña como el líder en la provisión de energía eléctrica en el país con el fin de fortalecer su liquidez y de esa manera aportar a su sana sostenibilidad financiera en el mediano y largo plazo”, aseguró Renny López, Presidente Ejecutivo Interino de CAF.

 

Esta operación forma parte de la nueva facilidad anticíclica regional de CAF por hasta por mil 200 millones dirigida a empresas prestadoras de los servicios públicos de energía eléctrica, gas y agua.

 

Con esta facilidad, se busca atender las mayores necesidades de liquidez de los prestatarios generadas por la pandemia del COVID-19.

 

Además, se coadyuvará a que estas empresas, no comprometan recursos necesarios para el desarrollo de infraestructura crítica para los países, como elemento clave para impulsar el crecimiento en la región.

 

México fue el primer país no andino en incorporarse como accionista a CAF en 1990, cuando los presidentes de la Comunidad Andina invitaron a los países miembros de la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI) a formar parte del banco.

 

Desde ese entonces, la institución ha desempeñado un rol significativo en apoyo a la industria de capital de riesgo en México a través inversiones en fondos, con énfasis en el desarrollo empresarial para la pequeña y mediana empresa.

 

En marzo de 2021, el Directorio de CAF aprobó la incorporación de México como miembro pleno de la institución, lo cual le permitirá al país tener un mayor acceso a recursos financieros de largo plazo, así como cooperación técnica para su desarrollo sostenible, entre otros beneficios.